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REGRESIÓN CUBANA
Lugar gris, agreste, falto de libertad, exento de alma, donde el otro color que predomina es el del triángulo de la bandera
10 de noviembre de 2013
Etiquetas: REGRESION
Bernard Coard y Maurice Bishop (1982)
El caso de Bolivia es especial al haber formado parte de la leyenda aventurera del “Che” Guevara. Este personaje vio en el este país andino un posible trampolín desde donde abordar la futura comunización de su país de origen, Argentina. Bajo sus instrucciones, Jorge Ricardo Masetti, fundador de Prensa Latina y Comandante Segundo a la sazón, había preparado el “Ejército Guerrillero del Pueblo” en Salta (1964) que resultó ser un fracaso y la causa de su muerte. Luis de la Puente Uceda fue entrenado en Cuba y fundó el MIR en Perú. Luis Augusto Turcios Lima y Carlos Marighela en Guatemala y Brasil respectivamente también contaron con el apoyo de la Regresión.
Así, llegamos a un acontecimiento de vital importancia, Granada, pasaje de la historia que la Regresión quiere a toda costa olvidar.
Los sucesos comenzaron cuando en esta pequeña isla del caribe ocurriera un Golpe de Estado el 13 de marzo de 1979 bajo la dirección de Maurice Bishop, líder de movimiento New Jewel que estableciera un gobierno marxista-leninista y la rápida dependencia umbilical de Cuba y la URSS. El 19 de octubre de 1983 bajo el liderazgo de Bernard Coard, quien pertenecía a una facción de New Jewel y fungía como ministro de Comercio, Industrias y Finanzas a la sazón, se sucede otro Golpe de Estado y la ejecución de Bishop lo que provoca la rápida movilización de los activos cubanos manipuladores del derrocado gobierno y el arribo a la isla de militares con el objetivo de establecer un Estado Mayor que fuera capaz de sofocar las revueltas populares. Es así como llega a Granada el coronel cubano Pedro Tortoló Comas acompañado de un séquito de combatientes; repartieron entre los cubanos civiles que se encontraban construyendo un aeropuerto militar (estratégico para los designios soviéticos) las armas con las que enfrentar a una evidente invasión, por parte de la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECS) y Estados Unidos atendiendo una petición de ayuda de Coard. La orden que tenía Tortoló era bien clara, resistir estoicamente la toma del aeropuerto hasta la última gota de sangre; como eco a los acontecimientos ya estaba a punto en Cuba el producto tergiversador de la Fábrica de Tinieblas.
Yo era un joven universitario, recuerdo como por la radio, la prensa y megáfonos instalados en las calles, escuelas y universidades, llegaban las noticias de los más de 1.200 soldados estadounidenses derribados y de que el último de los 800 cubanos, había derrochado su sangre en el reducto final muriendo abrazado a la bandera cubana, incluso la cadena radial Radio Reloj hubo de interrumpir su perenne transmisión; instigado por lo que escuchaba y leía no recuerdo que haya sentido tanta indignación, repudio y animadversión en mi vida como en aquella ocasión, estaba dispuesto a ir al fin del mundo a luchar contra los asesinos de aquellos cubanos gloriosos.
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